viernes, julio 21, 2006

notas de invierno

No salí campeón. Tampoco me sequé la cara después del concierto. No hice nada de especial con mi vida joven, con aquella que ya se fue. No quiero tratar del presente porque él casi no existe para mí. Prefiro el pasado o el futuro al presente. Es un tempo abstracto ése. Cuando uno se da cuenta ya no está ahí; cuando uno intenta percibirlo, aún es futuro. Así que me voy de acá hacia atrás o hacia adelante. Siempre. No estoy jodiento, no estoy jugando con vos, tiempo ajeno. Mi cuerpo tampoco lo hace aunque expresa tu proceso inevitable. Sos amigo de la soledad, sos amigo del costumbre que me saca las ganas de volar hacia cualquiera. “Soy una extraña en mi propia ropa”, ella canta. Lo siento igual dentro mio. Esa sensación tan rara y al mismo tiempo familial. “Familial”. Suena fuerte, ¿no?. Palabra aún más rara que tal sensación. Hace mucho oí que los amigos son nuestra familia, la que elegiemos de libre elección. A mí no me importa saber o creerlo, me da igual. No quiero pensar que no pude o que no quise elegir a nadie, ¿qué sé yo? Soy amigo del sol, soy amigo del luar y de todos los seres no-humanos. ­¡Fijá que no digo que a mí no me gustan los humanos!. Es importante ello, no te acueste con esa impresión, che, por favor. Necesito mucha compreensión, en particular respecto a los temas ecológicos a los que jamás abandonaré porque simplemente no puedo más vivir sin ellos. La Ecología y el Amor están arriba de cualquier idea de familia. O de tiempo. Seguro no sé que me va a pasar en los próximos días o meses. He perdido el interés por muchas cosas pero sí tengo y siento mucho miedo del futuro. Ello se mescla con una pequenita y sincera esperanza que todavía sustento. No sé hasta cuando pero ahí está. Sólo digo que la quiero, nomás. Es como aquellas lucecitas brillantes en el cielo negro y frío de tantas explosiones. Dibujos lindos y delicados que distraen a los que se encuentran sensibles a las transmutaciones cósmicas que están a pasar a cada instante. Un viento ligero me llama la atención hacia mis brazos delgados y fuertes cargados de movimientos estaticos. Les llevo agua a los vegetales bajo el sol de invierno. La Tierra va secando poco a poco, es decir, rapidamente, mientra ellos planean desmontes. Sí, ni yo ni mi selección salimos campeón, yo tampoco salí musico. A ver si las cosas van a querdarme ajeno de estos malos pensamientos. No lo puedo creer mucho, pero.. Así es la pasaje de la juventud hacia otra etapa de la vida, ¿no? A veces me quisiera destruir todas las tecnologías actuales mismo delante de la posibilidad de creación de una maquina del tiempo con la cual la gente pudiera volver hacia atrás. Quizás no valería la pena. Todo sería tan distincto que la vida, ¿qué sé yo?, quizás no iba a permitir la vida humana una vez más, pues somos todos muy explotadores de las otras y de la nuestra propia. Bueno, me voy a acostarme. Ya es tarde. Tengo todo un viernes vacio para vivir luego temprano. ­¡Ojalá no sonãré con un sentimiento de pena por el helado de esa tarde!, por el hecho de él haber tenido contacto con mis dientes rotos y con mi ser, tan triste.