miércoles, abril 25, 2007

“Tener ojos y no mirar.. Corazón y no sentir.."


Ya puedo sentir mis manitos re frías otra vez: se acerca el invierno. Por ahí puede que haya una o otra lluvia pero la verdad es que ya llegan el viento y el frío. O sea que quizás yo tuve la segunda chance, la segunda oportunidad. No sé, andá a saber. Sí o sí tendré que tener varias otras oportunidades; tipos como yo lo necesitan, creeme. Por ahí pienso que si no he desistido es porque no pude.. “fighters fight, right?” Es lo que estoy tratando de hacer (desde siempre) aunque no te lo parezca (aunque a veces tampoco a mí lo parezca). Sí siento el calor dentro mío. Tal vez podría nombrarlo alma, o Vida, o esencia, o Amor, o brillo, o Dios, o energía, o lo que sea.. Pero ahí también se encuentra el frío, o sea el miedo. Ojalá éste no esté de hecho dentro mío sino que yo lo sienta ahí por.. por.. qué sé yo por qué. Quizá me haya faltado una cultura que tuviese que ver más conmigo, o unos cuantos amigos, o un cuerpo lindo, o menos sueño, o menos necesidad de azúcar, o lo que sea.. Pero sí yo sé sentir. Es una de las pocas cosas (como el voley, la música, las substancias cósmicas, y el enamoramiento) que van más allá de todas las dudas y de este miedo. Uh, mucho, pero mucho más allá. Sí a veces se me ocurre una idea como si fuera la cosa con más certidumbre del mundo para mí y luego ya no sé, ya no sé si era verdad. Ninguna estructura que llevo dentro de mí me parece verdaderamente sólida; eso me deja confundido y solo, increíblemente solo y confundido. Entonces para mí es muchísimo imprescindible darme cuanta de que sí, de que yo sé sentir. Si no, no habrá nada. No habrá nada. Ni siquiera el vacío va a tener ganas y paciencia para quedarse dentro mío aguantándome por una última vez. Ni siquiera él. Por ahí está claro que yo podría entender todas tus palabras nubladas y desnudas tiradas contra mí aún sobre mí cama, y todo tu alejamiento.. echándole yo a mí propio interior (o a mi cuerpo sin atractivos también para mí) toda la culpa. Entender al toque el significado idiota de la palabra “amig@” tirada desde tu boca; entender la distancia eterna entre mis intentos y la verdadera conexión contigo o con mi alma, o con la Vida, o con la esencia, o con el Amor, o con el brillo, o con Dios, o con la energía, o con lo que sea.. Sí, entenderlo y extender la culpa hacia la política, hacia los que se asoman a las ventanillas sólo para arrojar basura en la calle, hacia los de saco y corbata, hacia mi mamá, hacia el calentamiento global, hacia la intolerancia racial, hacia lo que sea que no esté dentro mío.. Ayer tuve que hacer todo el esfuerzo el mundo para poder sobrevivir ya que no había música ya que no tenía pilas triple A. Necesitaba escuchar Jewel “are tearing me apart”; o sea nombrar lo que uno siente en el momento mismo en el cual uno siente. Sin ningún retardo; sin ningún retardo para que no se pierda el avión de regreso, para que no se pierda el llanto del cambio personal verdadero. Habré de esperarte sólo por vos en tu pasado más actual. Sólo así podré encontrarte. Que mis manos frías por el invierno que se nos acerca no quemen las tuyas; que la fuerza con la cual las estaré agarrando no les haga daños; que mi deseo no te viole; que mi soja con trigo, sésamo y nuez no te traiga cancer; que el parto de nuestra hijita no te deje en coma; que mis regalos publicos no te dejen tan averguenzad@ a punto de no disfrutarlos; o sea que mi Amor hacia vos no te mate (entendería que tuviste que partir para salvar o generar a un otro universo y nada más). Quedate tranqui, te voy a devolver tu vaso. No sé si nos volveremos a ver. No sé si voy a volver. No sé qué de hecho sentiré en el proximo abrazo. Cada pavada me importa mucho; al pedo con los grandes temas. Ya es el momento de cambiar la canción.. ni siquiera esperaré que se termine.

jueves, abril 19, 2007

Periférico


Todas las estrellas por ahí alrededor mío re brillantes y llenas de esperanza y yo acá de ojos cerrados, intentando dormir y de allí despertarme con más sueño aún. Me he perdido en mis cosas, me re perdí dentro mío. Claro que creo en cambios, cada vez más. Sin embargo me doy cuenta de que quizá si algo va ocurrir, ocurre y listo, o sea sin que haya falta que yo me quede por ahí forzando y forzando y forzando las cosas. Incluso podría decir que el hecho de creer en cambios tiene que ver con algún tipo de lucha que resultaría, hmm, a ver.. No sé, no me sale la idea. Estaría bueno encontrar ese presunto equilibrio entre ponerle las pilas y dejar pasar, o sea entre tocar y dejar que me toquen sin que yo siquiera me mantenga de ojos abiertos. Poder relajar hoy por hoy es algo re importante para mí, quizás por ello hoy por hoy me despierto ya con mucho sueño aunque me duerma como que doce horas, en promedio. Pero quizá no. Otro día me paré a mirar la 9 de julio de un modo que no había hecho antes; y esto después de tanto tiempo cruzándola y cruzando los autos que por ahí corren a todos los rumbos posibles (dentro de un montón de posibilidades sin embargo finitas). Tanta luces, tantas publicidades de empresas tan grandes que tal vez sólo pudieran crecer aplastando una minoría que hoy por hoy (o quizá siempre) es la cosa más grande del mundo. Los idiomas se acercan cada vez más; igual le pasa a las distintas culturas. Hoy por hoy el Irán se encuentra re cerca de la avenida Leandro Além, y a veces todo me parece un gran e inevitable quilombo, ¿a vos no te lo parece también? ¿Qué sé yo? El tema es que esto es todo un tema. No me acuerdo de todas esas proximidades cuando era un chico. Por supuesto que tengo que considerar que ahora que soy grande las cosas alrededor mío se parecen más chicas. Hoy por la tarde yo venía desde no sé donde mientras se me agarraba la curiosidad de saber cómo me portaba yo cuando tenía, no sé, ponele ocho anos más o menos. Yo allá me quedo mirándoles a los chicos y, bueno, quisiera saber con cuál podría parecerme yo en unos cuantos muchos años atrás. ¿Les hacía las mismas bromas a mis compañeros; en general me quedaba más callado o sentía rabia hacia algún chico que no se portaba bien y que por ahí nos impedía al grupo de jugar las cosas que nos proponían nuestros profes?

Querría saber si fui un niño feliz; y si tuve conciencia de esto acaso esto fuera verdad. Y quizá por ahí también quisiera saber en qué diablos me he convertido..

El suelo aún se encontraba mojado y sus zapatillas rojas estaban ahí nomás como buques sumergidos, perdidos entre islas lejanas. Había llovido muchísimo. “Vos sabés, yo lo sé..” sonaba en la radio prendida hacía ya dos días completos. En ese momento no le importaban los gatos con la luz, no le importaba el alquiler no pago. El sol de las cuatro empezaba a alcanzar a su pierna izquierda, ya se podría sentir el calor. Capaz que el teléfono sonaría en unas cuantas horas o minutos; alguien estaría buscándola para pedirle alguna ayuda, y no al revés. Corrió su mano por el pelo. Lo odiaba casi siempre. Pero por lo menos a veces le servía para colgar cosas, para colgarle accesorios manteniéndola más joven o feliz. La otra mano la corrió por sus labios; sí había algún fluido, resultado de un sueño profundo. Los ojos ahora sí se abrieran. La mirada hacia arriba podía ya contemplar toda la habitación y por ello tuvo que volver a cerrarlos. Había mucha cosa allí que no merecía una rápida mirada siquiera. Pero mirar hacia adentro era peor. Así que, volviendo a abrirlos, recorriéndolos por el techo, sus ojos se pararan en un rincón con una telaraña azul que no parecía estar ahí cuando ella se ha acostado recién arrancaba la lluvia. Dos días de mucho agua. “Alimentándome de los..” era el único trozo de letra que podía entender de la actual canción de la radio todavía prendida aún que le empezaba a molestar. Pensaba en comer algo, pensaba en seguir acostada forzándose un poco más de sueño, hacía algunos cálculos quizá planteándose un viaje corto.. Además recién ahora le daba asco no sólo la sábana completamente aplastada y sucia sino que su propia piel y pelo. Algún pensamiento acerca de su padre también se le ocurrió a la vez; recién se había despertado y ya tenía muchos datos y sensaciones para manejarse. El calor en su inmóvil pierna izquierda ya se hacía fuerte y aparte ya alcanzaba la rodilla yéndose por más. Igual no la ha movido para nada. Tampoco ha movido sus ojos que todavía miraban la telaraña azul buscando ya sea su patrón geométrico o su artista, la araña. Ya podía incluso darle a ésta un nombre de alguna nena que haya conocido y por la cual se haya encantado. Había sido dos días realmente re húmedos. En algún momento sí tendría que cobrar fuerzas para levantarse y colgar o exponer tantas, pero tantas, cosas bajo el sol: ropas, mochila, billetes chicos, su rostro y piel. Libros y por supuesto sus zapatillas ahora aún más o menos rojas por el agua. No había mucho que hacer en este estado; la verdad es que no había nada. Tal vez cobrando el cielo y sus ojos conciencia de ello, ya se podría escuchar pequeños y finos ruidos desde afuera y desde la cama, como si muchas cositas chicas estuviesen cayéndose y luego chocándose con algo. ¿Serían gotas de lluvia, serían lágrimas? Un rato más y por lo menos ya se podía certificarse, por la humedad, por los truenos, por el suelo, que sí había vuelto la lluvia. Ahora aún más fuerte que antes. Se extendería ahora por más que dos días.