martes, abril 08, 2008

Yacía allí en la terraza un arco iris entrelazado por las semillas entre si conectadas. Sol y reflejo. Imaginaba además un encuentro entre aquél ser y su nuevo destino lejos de aquí. Había también un poco de futuro dejando sus huellas misteriosas en todas esas im- o posibilidades. Tiempo. Que de a poquitos ya empezará a quemarse sumergiéndose en algún tipo de elección. Lo que pareciera a cualquiera que por ahí transitara la cosa más sencilla del mundo. Y verdadera. Desde adentro, desde su más espontánea ubicación en el medio del caos o del cielo en fin. Debería ser, a lo mejor, mucho más que un regalo; un agradecimiento y más que nada un aliento muy fuerte. Como para que las cosas sigan moviéndose y nada más.

" ¿cómo ellos pueden mirarme a los ojos y asimismo no creer en mí? " (the smiths)