Bajo del colectivo, el 126. Empieza a llover y me doy cuenta que pasé de la parada. Todo bien. Recién ahora me cae la ficha de que suele llover cuando estoy al toque de vivir algo especial. Dale, unas cuantas cuadras y ya estaré. De repente muchos trozos de vaca por la vereda (mala señal); bueno, sigo. Pero comienzo a sentir un olor que de a poquitos va convirtiéndose en algo insoportable y a él empiezan a asociarse en mi mente imágenes de vacas muertas y, claro, ahí me doy cuenta definitivamente que caminaba justo en la vereda del mercado de hacienda. Todo re contra insorpotable, totalmente. Bueno, me planteo algo pero igual sigo. Llego. Cruzar la avenida fue un alivio. La villa y toda su pobreza y onda e historia y qué sé yo qué cosa más fueron un alivio, la verdad. Qué bueno que existe la avenida. Por ahí Mataderos se convierte en Villa Lugano y estoy en la región más pobre de la Capital. Al regresar otra vez el olor; además justo legaba un camión con dos víctimas más. Seguro que eran sus últimos minutos de vida. El olor, la violencia, permanecían aún después que me agarré el colectivo para volver, unas cuantas cuadras. Luego me di cuenta que ya estaban dentro mío. Y que de hecho eran insoportables. Hace falta descubrir otro camino. Pero también quizás hace falta pasar por ahí a veces para enviar buenas energías para estos seres en sus últimos momentos de vida; sí, de Vida, y todo ser que experimenta vida exactamente por esto debe sí o sí o sí ser respetado. Que los hinchas del Torito no me tomen mal..

Esto sí es TERRORISMO.. Esto sí es TERRORISMO y nada más..

Esto sí es TERRORISMO.. Esto sí es TERRORISMO y nada más..
Éste, la verdad, sería tema para mi otro blog Ecologico Amor, pero bueno..

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